Sona & Ronak

De todos es sabido el ambiente festivo, entusiasta y colorido que protagonizan este tipo de eventos. Si además de esto, sumamos la alegría, empatía, serenidad y propósito de éxito de sus anfitriones, todo reluce mejor. Y es que Sona y Ronak denotaron ser los novios perfectos. Exigentes a la vez que cercanos, demandantes a la vez que confiados. El mix perfecto para hacer brillar algo que lo precise.

Dos días completos de evento en los que fueron escogidos dos enclaves destacables de la ciudad convirtiéndolos en el escenario perfecto para cada ocasión provocando un impacto visual en los invitados que intuimos, difícilmente olvidarán.

El telón se alzó dando comienzo a una preboda o “Sangeet & Mehndi” para unos 200 invitados en una casa palacio de la ciudad hispalense, con un evento vestido para la noche, de clara inspiración sevillana. Por supuesto no faltaron ni las notas de color dadas en claveles y buganvillas ni el acento artístico logrado con la más pura y fiel  interpretación de baile, música y cante flamenco. 2 bailaores, una guitarra, un percusionista y un cantaor lograron eclipsar la atención de los asistentes con una brillante interpretación de palos flamencos. Al finalizar, una divertida máster class orientada a novios + asistentes, arrancó la sonrisa de muchos.

Esta atractiva preboda la protagonizaron unos novios joviales que hicieron su entrada triunfal por la casa invitando a todos sus familiares y amigos a participar de un momento único en el que ambas culturas se mezclaron mimetizando el ambiente. Artistas de henna tatuaron in situ las pieles de ellas, mientras ellos se dejaban enajenar por la belleza del entorno.

Un montaje desenfadado con mesas altas y bajas invitaban a participar de una cena distendida de tipo buffet con una selección de productos gastronómicos en el que la pauta vegetariana e india era premisa indispensable. El reto de alcanzar las exigencias, premisas y requisitos culturales, fue altamente conseguida por el equipo de cocina escogido para la globalidad del evento. Y es que lograr depositar la total confianza de Titila en un riguroso equipo que sepa alcanzar la demanda y exigencia que viene dada por la distancia entre culturas es fundamental ya que el nivel de calidad y pulcritud en la oferta de servicios prometidos sube aún más en estos casos.

Los 200 asistentes a este primer acto se marcharon pasadas las 12.00pm aprovechando un sistema de traslados puesto en marcha y a demanda para la totalidad de los asistentes, llegados todos de fuera de España y con necesidades pertinentes de desplazamientos por la ciudad. Este primer acto estelar sirvió de aperitivo a lo que llegaría el día siguiente.

De nuevo se abre el telón, mismos protagonistas, nueva escena y por tanto también nuevo decorado. Comienzan los nervios en nuestro segundo entorno singular: otra casa palacio en la que arquitectura y enorme entorno ajardinado prometían excepcionalidad.

Un enclave idílico fue el elegido para testimoniar la ceremonia del sí quiero, esta vez dando cabida a la más estricta y sublime tradición hindú. Mientras la radiante Sona se arreglaba en la espectacular planta paraíso del lugar, preparada en exclusividad para ella y sus familiares más cercanos, se terminaba de organizar un desayuno de lo más estelar para dar inicio y bienvenida a todos los invitados antes de dar comienzo la ceremonia de matrimonio. ¡Y es que las pautas hindúes y los códigos a cumplir son tan diversos como fascinantes!

La familia y amigos de la novia, con anticipada convocatoria a Villa Luisa, esperan estáticos y ansiosos la llegada del novio y sus familiares mientras la novia no se muestra aún. Enseguida, llega el ansioso primer gran momentum: “La llegada Jaan“ caracterizado por la entrada del novio acompañado de los suyos y en procesión, festejando con sinfonías, bailes tradicionales y bengalas de colores. Para romper en algo la tradición, en este caso, el novio escogió adentrarse en Villa Luisa en un Land Rover descapotable del ’87 en lugar de a caballo.

El momento del encuentro entre ambas familias transfiere alta dosis de respeto, conexión y aceptación. En este caso, los familiares de ella dan la bienvenida al novio y su entorno, en la cual, la madre de Sona entona una canción especial. Ronak debe romper una vasija de barro con su pie, con el fin de mostrar su determinación y habilidad en vencer obstáculos durante el matrimonio.

Antes de iniciarse la ceremonia, con la entrada gloriosa de sus protagonistas, los invitados de ambos, disfrutaron de un copioso desayuno juntos. Los padres de Sona ofrecen a Ronak lo que llaman “mandhupark“, una mezcla de miel con leche sin lactosa, mientras la familia trata de “robarle sus zapatos“. Si quisiera retirarse, Ronak tendría que comprar de nuevo sus zapatos al finalizar la ceremonia. Antes de esto, una oración al Dios Ganesh tiene lugar, portador de suerte y eliminador de obstáculos.

La ceremonia oficiada por su sacerdote o “Pandit“, presentó fascinantes e hipnóticos rituales girando todos en torno a la aceptación, el respeto, la admiración. La llegada de la novia, conocida como “Kanya Aagamaan“, presenta a una bellísima Sona acompañada de sus tíos maternos que la llevan hacia el altar.

Sobre el altar sagrado, llamado “Mandap“, los novios intercambian sus guirnaldas simbolizando así la unión de corazón, alma y mente.

La ambientación general, vibrante en colores, joyas, encajes de henna tatuados en señoras, vestidos tradicionales tanto en ellas como en ellos, alcanzaron un nivel de escenografía digno de película.

No faltó el ritual de unión de los novios ni tampoco el escenográfico “Mangalphera” que hace girar a los novios por cuatro rondas alrededor de un fuego. Cada ronda representa un objetivo de vida. Así es como se prometen llevar una vida juntos de moral íntegra, trabajar juntos en la intención de alcanzar la prosperidad familiar, prometen respetarse y acompañarse emocional y físicamente a lo largo de su camino juntos, prometen finalmente apoyarse el uno al otro en el crecimiento de su vida espiritual.

Durante toda la ceremonia se fueron ensalzando momentos y rituales únicos hasta llegar a la bendición final.

El almuerzo fue orquestado al más estricto estilo vegetariano indio, con disposición de espacio en torno a mesas redondas impecablemente vestidas para ese momento algo más distendido. Gastronómicamente hablando no pudo faltar “Pani Puri, “Naan”, “Roti Stations”; entrantes como “Samosa”, “Pakhora”, “Dahi vada”; principales muy típicos tales como “Daal Tadjka”, “Bombay aloo”, “Channa Palak”, “Bengan Bharta”, entre otros. Los novios ya se habían dado el sí quiero y tocaba celebrar la felicidad de los radiantes recién casados!

Los tiempos de las bodas hindúes son ceremoniales.

Después del almuerzo, tocaba volver al hotel, descansar y prepararse para el tercer y último acto: la cena y la fiesta!

Pasadas unas horas durante las cuales todo se disponía en Villa Luisa para la última etapa, Titila se concentró en ajustar minutos y horas para que de manera casi coreografiada todos los proveedores con papel en este último round pudieran trabajar de forma ordenada y efectiva cumpliendo así exitosamente con el desarrollo de cada servicio pactado.

Villa Luisa se viste de noche para dar la bienvenida a sus visitantes que cambian de vestuario afines al contexto y horario. Y es que, ese rigor casi académico, nos convierte en testigos de una puesta en escena mágica.

Sonrisas, brindis y abrazos sacados de un cuento de las mil y una noches. Mesas imperiales dispuestas en el jardín con una ambientación floral más importante, acompañada de velas y lámparas de luz cálida, vestían el momento más festivo del evento.

Tras la cena, comenzó la fiesta, ambientada por un DJ británico que supo combinar hitos musicales respetando la introducción de infinitos y fascinantes bailes tradicionales.

Titila aseguró traslados y alojamiento de invitados en un mismo Hotel, requisito habitual y muy demandado en este tipo de celebraciones.

Sólo queríamos detener el tiempo! Qué gran día!

Muchas felicidades Sona y Ronak! Que todos los días de vuestra vida juntos titilen tanto como el de vuestra boda!